7 de junio de 2012

Leyes de Mendel

Johann Gregor Mendel nació en 1822 en Heinzandarfg, Moravia, Austria en el seno de una familia humilde. En 1843, ingresó a la orden agustiniana. Se graduó en la Universidad de Viena, donde estudió física, matemática, zoología y botánica. En 1853 fue al monasterio de Brunn.

Tres años después empezó los famosos experimentos que le permitieron establecer lo que hoy conocemos como las Leyes de Mendel, gracias a las cuales recibió el título de padre de la genética moderna. Dichos experimentos fueron realizados con más de 28,000 plantas de distintas variedades de guisantes o chícharos.

Escogió los guisantes como planta experimental porque las semillas se obtienen con facilidad y porque los órganos reproductores están encerrados en las plantas de tal forma que se autofecundan o autopolinizan porque son hermafroditas. Esto permitía conservar las especies puras.

Los experimentos de Mendel consistían en cruzar diversas especies de guisantes que diferían en una característica externa fácilmente detectable y comprobar cómo se transmitían algunas de esas características a la siguiente generacíón. Eligió los guisantes de acuerdo a su color (amarillos y verdes), la cubierta de sus semillas (blancas y grises), el tamaño del tallo (gigante y enano), la forma de la semilla (lisa y rugosa), el color de las flores (violeta y blanco), la forma de la vaina (lisa y con constricciones) y la localización de las flores (terminales o axiales).



Intuyó que existía en el organismo un factor determinante que debía estar formado por dos elementos heredados de sus padres o progenitores. Estos elementos, actualmente denominados genes, serían versiones iguales o diferentes del mismo caracter.

Después de dos años de cultivos, obtuvo especies puras y comenzó a cruzar plantas que diferían en una sola característica, obteniendo la primera generación filial o F1 y notando el hecho de que sólo se manifestaba la característica de uno de los progenitores. En este caso se cruzaron semillas amarillas y verdes.

Los progenitores (homocigotos puros), al combinarse daban lugar a una descendencia con características genéticas heredadas de ambos padres, a los que llamó híbridos o heterocigotos. Como todas las semillas de la primera generación filial o F1 eran semillas amarillas, dedujo que esta era una característica dominante, pues se manifestaba por encima de la otra, a la que denominó recesiva. Para distinguir las características dominantes de las recesivas usó letras mayúsculas y minúsculas respectivamente.

Luego, en una segunda fase, permitió cruzó los guisantes de la primera generación filial, para formar la segunda generación filial o F2. El resultado fue la producción de plantas con el carácter dominante y otras con el carácter recesivo en una proporción 3:1.


Esto dio lugar a la Primera Ley de Mendel o Ley de la Uniformidad que plantea que cada carácter hereditario de los seres vivos está dado por pares de factores, uno de la madre y otro del padre. También estableció la ley de la Segregación que contempla que los dos miembros de un par de genes durante la formación de los gametos, se segregan y van a diferentes gametos, condicionando así la continuidad de la especie y la variabilidad de los fenotipos. 

En un tercer momento, Mendel cruzó plantas con dos características distintas y contrastantes. Combinó semillas amarillas y lisas con semillas verdes y rugosas. El resultado fueron semillas similares a sus progenitoras y dos nuevos fenotipos: semillas amarillas y rugosas y semillas verdes y lisas. Dado que las características amarilla y lisa eran dominantes, fueron las que se manifestaron con mayor frecuencia e intensidad.

Las conclusiones derivadas de este experimento dieron lugar  la Ley de Recombinación Independiente que establece que los caracteres se heredan de forma independiente y se combinan al azar al pasar a su descendencia. Esta ley condiciona la variabilidad genotípìca y fenotípica.

En 1865, Mendel presentó sus resultados ante la Sociedad de Ciencias de Brunn, la cual los publicó en su boletín el año siguiente con el título de Experimentos en Hibridación de Plantas. Pero no fue hasta el 1900, 16 años después de su muerte, cuando sus ideas empezaron a tener relevancia en el mundo de la ciencia gracias a que los biólogos investigadores Hugo de Vries, holandés; Carl Correns, alemán; y Ericj Tscherman, austriaco, trabajando de forma independiente y prácticamente simultanea, redescubrieron y confirmaron las leyes de Mendel, quien es considerado actualmente el padre de la genética moderna.

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