Posee cápsula, lo que aumenta su virulencia e interfiere en la fagocitosis por los polimorfonucleares (leucocitos que presentan un núcleo lobulado y contienen en su citoplasma gránulos específicos. Existen tres tipos: neutrófilos, eosinófilos y basófilos).
Presenta un extremo lanceolado y se organiza en cadenas, aunque puede hacerlo en pares o permanecer solo
Posee metabolismo fermentativo, produciendo bajos niveles de ácido láctico.
Es catalasa negativo. La catalasa es una enzima presente en la mayoría de las células que descompone al peróxido de hidrógeno en oxígeno y agua.
Crece a temperaturas de 25-42º C. Es sensible al calor, al frío y la desecación.
Produce hemolisina. La hemolisina es una proteína de bajo peso molecular que produce lisis de los eritrocitos, leucocitos y plaquetas mediante la producción de poros en su membrana citoplasmática.
Produce neumolisina: enzima citoplasmática citotóxica que se une al colesterol de las membranas celulares del hospedero, formando poros. Destruye todos los leucocitos, las células respiratorias ciliadas, el epitelio respiratorio y el endotelio pulmonar. También estimula la respuesta inflamatoria.
Es exclusivo del hombre, diseminándose por aerosoles o gotitas respiratorias y requiriendo un contacto estrecho entre el transmisor y el receptor por lo que es común en guarderías, asilos, cárceles y demás lugares donde se encuentren personas hacinadas. Es portado, de forma asintomática, en la nasofaringe del 20-40% de los niños y el 5-10% de los adultos sanos. Los niños son colonizados alrededor de los 6 meses de edad.
Los niños menores de dos años, ancianos y personas debilitadas por infecciones virales previas o ciertas condiciones que les produzcan inmunodepresión son más vulnerables a enfermar por su causa. Es común en pacientes mieloma múltiple, linfomas, leucemia linfocítica crónica, VIH, desnutrición, insuficiencia renal, diabetes mellitus, asplenia o disfunción del bazo, trasplante de órganos, falcemia, alcoholismo y enfermedades crónicas. La mayoría de los pacientes con neumonía neumocócica tiene una enfermedad de base.
Sus manifestaciones clínicas incluyen neumonía adquirida en la comunidad, sinusitis, otitis media, meningitis, septicemia, bronconeumonía, bronquitis y artritis, siendo la neumonía la más común.
Una vez infectado el huésped, el neumococo puede diseminarse directamente de la nasofaringe a oído medio, senos paranasales, tráquea, bronquitis y pulmones. Puede transmitirse vía hematógena a SNC, válvulas cardíacas, huesos, articulaciones y cavidad peritoneal.
Presenta una elevada mortalidad, atribuyéndosele más de un millón de muertes cada año, especialmente en niños y pacientes vulnerables de países en desarrollo.
Su diagnóstico se realiza por el cuadro clínico, observación microscópica directa con coloración de Gram, aislamiento e identificación en cultivo y serotipificación. Las muestras suelen ser esputo, LCR, sangre, líquido pleural, peritoneal y sinovial. Es difícil de cultivar.
La penicilina constituye aún el betalactámico de elección en el tratamiento de la infección neumocócica a pesar de la alta frecuencia de cepas resistentes que se observan en casi todas las áreas del mundo. Estas cepas también suelen ser resistentes a eritromicina, tetraciclinas, trimetoprim-sulfametoxazol y cloranfenicol. En estos casos se recomienda el uso se cefalosporinas y vancomicina.
Para prevenir la infección se puede utilizar una vacuna polivalente que perite contrarrestar unos 23 serotipos distintos. Esta suele ser efectiva en adultos, pero no en ancianos ni en niños menores de 2 años.
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